Todos tenemos fotografias en casa. Bueno, ahora puede que cada vez tengamos menos, tomamos las fotografías digitalmente y quedan arrinconadas en las profundidades de una tarjeta SD. Y se nos olvidan hasta que hacemos limpieza de las carpetas del ordenador.

Pero hace años todo el mundo tenía fotografías, y hace más años todavía más. Y las fotografías se guardaban como tesoros. Servían ara recordar aquellas personas que querías, que a lo mejor vivían lejos o puede que ya no estuviesen.

Todos tenemos cajas de zapatos en casa con fotografías dentro. Obviamente no es la mejor manera de conservar unas fotografías que seguramente eran de nuestros padres, abuelos, bisabuelo… y obviamente de tanto mirarlas después de las generaciones las fotografías ya no son como habían sido.

De vez en cuando aparece por el taller algún propietario nostálgico que quiere mantener viva aquella imagen que tantas veces ha mirado, o que quiere sorprender a alguien cuidando un poco más ese recuerdo.

Este es el caso del objeto que veis. Un buen día una chica vino al taller porqué quería restaurar una fotografía donde aparecían su madre y su tía cuando eran pequeñas. Era de las pocas fotografías que tenían de las dos juntas a esa edad y estaba muy deteriorada.

En el taller le hicimos una limpieza y le consolidamos los desgarros, que muchos tenía teniendo en cuenta que estamos hablando de una fotografía de 3’5 x 5’5 cm. También le hicimos un sistema de protección que permitía contemplarla y transportarla con seguridad.

Aquí podéis ver el antes y el después de la restauración de la fotografía.

Restauración de una fotografía en blanco y negro