Mutilar piezas originales es un proceso traumático que disgrega la obra pero que ha sido muy habitual a lo largo de toda la historia tal y como hemos podido ver en múltiples ocasiones con las piezas que hemos ido presentando. En este caso entran en el taller doce portadas que fueron arrancadas de sus libros de origen datadas entre principios de 1500 hasta mediados de 1600, grabadas al buril y algunas de ellas muy cercanas a los incunables, y que afortunadamente han podido ser conservadas y son usadas como material didáctico por los alumnos de la Universitat de Barcelona en la Facultat de Biblioteconomia i Documentació dentro del Màster Universitari de Biblioteques i Col·leccions Patrimonials. Las portadas se consultan y manipulan constantemente durante el año y se encuentran en un estado de conservación malo y es por esto que se decide intervenirlas. Son de papel y en general han perdido el carteo, parecen acidificadas y algunas tienen fóxing. Todas ellas muestran esquinas con desgarros y lagunas puntuales sobretodo en la parte correspondiente al cosido de la encuadernación. Algunas tienen galerías de insectos y presentan suciedad superficial, manchas y aureolas. La mayoría tienen un sello de la biblioteca en el reverso y algunas anotaciones en bolígrafo y lápiz de grafito, dos presentan anotaciones con tintas metaloácidas que han perforado el soporte. El proceso de restauración ha consistido en limpiarlas, desacidificarlas y consolidar los desgarros y lagunas pero no todas las lagunas se han reintegrado, aquellas provocadas por el arrancamiento se han conservado con la finalidad de respetar la historia de las piezas.