A finales de año entró en el taller un grabado de la «Madonna del passero» de Guercino que había estado muchos años abandonada. El cristal del marco se había roto, algún insecto había hecho crisálida entre el grabado y la trasera y claramente se había mojado en algún momento.
Todo causó múltiples manchas en el grabado que la propietaria quería eliminar siempre que se hiciera sin productos químicos.
La diferencia que veis entre el antes y el después de la restauración de este grabado es sólo una limpieza mecánica en seco y una limpieza por inmersión acuosa. El agua puede hacer destrozos pero también puede hacer milagros.