Este grabado de José Hernández titulado Aquelarre (1979), llegó al taller para ser restaurado porqué en un momento dado aparecieron unas zonas más oscuras en la superficie de la pieza que cada vez eran más evidentes.
Las manchas de fóxing se extendían por toda la superficie y algunas aureolas localizadas en el borde inferior apuntaban a que el grabado había estado expuesto al agua, pero el propietario afirmaba que estaba colgado junto con otros grabados que permanecían intactos.
Observando el anverso se podía haber pensado que la aparición de fóxing podía ser debido a un mal sistema de emmarcado (como viene siendo muy habitual en obra gráfica) pero en el reverso de la pieza, las zonas oscurecidas no seguían el mismo patrón.
Un misterio de deterioración… quién sabe si debe tener alguna cosa que ver con la brujería ;)
Esoterismos aparte, se trató el grabado con una limpieza y desacidificación que rebajó notablemente las manchas que habían aparecido. Puntualmente se blanqueó alguna zona que a nivel estético lo requería.