Hace más o menos un año entró en el taller una pieza peculiar proveniente de un coleccionista particular, un display del grupo de música electrónica Kraftwerk que promocionaba el disco Computer World. El display consistía en una base de cartón impresa donde iba encajada una pieza de plástico en tres dimensiones que reproducía la forma de un ordenador. La parte del cartón la dominamos en seguida, pero la parte del plástico nos trajo por el camino de la amargura.

Dra. Ruth Chércoles, Dra. Silvia García y Àngels Soler presentado en curso de identificación de plásticos históricos

El curso empezó de la mano de la Dra. Silvia García con un PRIMER BLOQUE haciendo un recorrido histórico de la evolución y transformación de los plásticos desde sus inicios hasta finales del s.XX.

– desde los plásticos naturales (origen animal como el cuerno, el carey o la coma laca, de origen vegetal como el caucho natural o la gutapercha, y los plásticos mixtos como el de papel maché, el bous durci o el linóleum)

– pasando por los plásticos semisnitéticos (cauchús vulcanizados, nitratos y acetatos de celulosa, plásticos de caseína)

– y acabando con los plásticos sintéticos (fenol-formaldehídos, aminoplastos, polimetraquilatos).

De cada uno de ellos explicó la cronología, el contexto y las características y usos principales, y en la segunda parte del bloque, la más emocionante desde mi punto de vista, nos explicó como acabar de acotar la identificación de los plásticos organolepticamente mediante el color, la opacidad, la degradación, el olor, el sonido o las marcas de fabricación… y finalmente pudimos ponerlo en práctica con una muestra de materiales que había traído.

Degradación típica del nitrato de celulosa, el plastificante ha migrado y ha debilitado determinados zonas de la pieza

Deterioro típico de la caseína debida a la evaporación del agua.

Durante el SEGUNDO BLOQUE la Dra. Ruth Chércoles nos explicó las técnicas analíticas aplicadas a la identificación de materiales plásticos y diferenció entre análisis y test. La parte teórica donde explicó las posibles analíticas que sirven para determinar la composición química y física de los plásticos, tubo un nivel muy técnico y para ponerlas en práctica se requieren recursos propios de un laboratorio poco común en un modesto taller de restauración, pero la segunda parte dedicada a los test fue mucho más próxima y fácilmente aplicable a nuestro día a día. Así, una vez terminada la teoría, pudimos realizar toda la batería de tests que había explicado (densidad relativa o específica, solubilidad, comportamiento frente al calor y test a la gota) y que, por ejemplo, nos ayudarían a distinguir una goma laca de una baquelita o un caucho vulcaniado.

Análisis de pH de un plástico, a diferencia de lo que hacemos con el papel, este se realiza quemando una pequeña muestra.

Test de densidad relativa para saber si el plástico puede ser polietileno o polopropileno

Si tenemos que tener en cuenta los descubrimientos relevantes de este curso relacionados con la obra gráfica y el patrimonio documental, elegiría los siguientes:

– Los estuches de daguerrotipos y ambrotipos están hechos de goma laca aglutinada con una carga que puede ser mica o serrín, y se producían con moldes. Es un plástico de origen animal.

– Los test utilizados para la identificación de nitratos y acetatos son perfectamente aplicables a la identificación de negativos fotográficos.

-El gran desconocimiento que tenemos sobre los plásticos, sobre su durabilidad, su conservación y la interacción con otros elementos los hacen poco fiables. Cosa que reafirma mi posición sobre las fundas de plástico com a material de almacenaje definitivo.

A la conclusión que llegué es que nos queda muchísimo por investigar y aprender acerca de todos estos materiales que metemos en un mismo saco bajo la etiqueta de «plásticos» y que lamentablemente la mayoría están condenados a la autodestrucción por causas intrínsecas propias de su naturaleza. Conservación preventiva es el principal concepto que me viene a la cabeza, aún así, a la larga, deberemos aprender a restaurarlos como hemos hecho con los materiales a los que ya estamos acostumbrados (papel, madera, piedra…), a lo mejor nos hacen falta unos cuanto siglos de convivencia y experiencia.

He de decir que el cuso fue muy emocionante y que me he quedado (y seguro que puedo hablar por boca de todas las que asistimos) con las ganas de una segunda edición que contemple la conservación preventiva y la intervención de restauración (aunque sea minimísima) sobre las piezas.