En Octubre de 2019, Conservadors restauradors associats de Catalunya (CRAC) organizó un interesantísimo curso sobre «El plan de Conservación Preventiva en equipamientos museísticos» dentro del marco del Pla de Museus de Catalunya que promueve la prevención como prioridad estratégica para la protección del patrimonio cultural. Para el curso, la CRAC colaboró con el Museu Nacional d’Art de Catalunya, que puso a la disposición de las alumnas las entrañas del museo, y con el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) que nos mostró la metodología desarrollada para la elaboración del Plan de Conservación Preventiva o PCP.
Restaurar es la última opción en la conservación-restauración del patrimonio cultural, se restaura cuando el resto de estrategias ha fallado y han acabado apareciendo o provocando deterioro en la pieza. Cuáles son el resto de estrategias? pues todo aquello que no es la pieza en si, lo que la afecta indirectamente, «todo lo que la envuelve». Pero «todo lo que la envuelve» es extremadamente extenso y, con frecuencia, no se sabe por donde empezar.
El objetivo de este curso fue difundir la práctica de la conservación preventiva entre las profesionales que nos dedicamos a la preservación del patrimonio cultural, tanto en el ámbito privado como en el público, dándonos pautas para tener la capacidad de elaborar un Plan de Conservación Preventiva y no morir en el intento.
Des del taller hace años que asesoramos instituciones en cuestión de conservación preventiva, pero hasta hace poco no nos habían encargado un PCP oficial. Llevábamos más de un año documentándonos exhaustivamente para contemplar todos los aspectos posibles, habíamos estudiado y nos basábamos en las guías de organismos europeos y mundiales, y ya habíamos empezado, pero las variables a tener en cuenta eran tales que íbamos de un punto a otro dando tumbos y perdiendo el objetivo de vista contínuament. Así pues, cuando la CRAC anuncio´el curso no nos lo pensamos dos veces porque nos vino como anillo al dedo.
La dirección del curso fue a cargo de Ruth Bagan (MNAC) y Juan Antonio Hernández (IPCE). Juan Antonio Hernández os explicó las fases del PCP que entonces se estaban redactando desde el IPCE por encargo del Ministerio de Cultura y Deporte, que recientemente se han publicado y podéis descargaros: Guía para la Elaboración e Implantación de Planes de Conservación Preventiva (116 páginas de densísimo pero necesario contenido con ejemplos prácticos, tablas y pautas). Por su parte, Ruth Bagan fue la encargada de desnudar de manera impecable el MNAC, sus instalaciones, colecciones, políticas, estadísticas, protocolos… respondiendo a todas las preguntas (algunas hasta diría que bastante comprometidas), sin filtro ni secretos.
En el transcurso de 40 horas pasamos del caos absoluto de los primeros días provocado por la infoxicación (demasiados datos y demasiado desordenados) a una especie de estabilización, digestión y estructuración de toda esa información, con un resultado medianamente aceptable en forma de Pseudo Plan de Conservación Preventiva. Y remarco el Pseudo porque es absolutamente imposible elaborar un PCP en 40 horas.
Capítulo 2: El Plan de Conservación Preventiva, ¿cuál es el método de trabajo? (p.15):
El Plan de Conservación Preventiva es una herramienta de gestión para implementar la estrategia de conservación preventiva y mejorar la conservación independientemente del bien cultural del que se trate. Los aspectos fundamentales del método de trabajo se integran en las cuatro fases definidas a continuación que permiten su puesta en práctica:
- · Documentación: Análisis del bien cultural y del contexto que puede influir en su estado de conservación.
- · Análisis de los riesgos: Identificación y valoración de los riesgos, definición de las prioridades de actuación y propuesta de intervenciones urgentes y usos compatibles.
- · Diseño e implantación de procedimientos y protocolos: Elaboración y puesta en funcionamiento de procedimientos de trabajo sistemático, protocolos de mantenimiento, y mecanismos de detección y respuesta ante emergencias.
- · Verificación: Seguimiento de la eficacia del PCP e incorporación de las mejoras y las modificaciones necesarias.
La elaboración y aplicación del PCP debe ser un trabajo de equipo formado por un grupo multidisciplinar, con los asesoramientos externos necesarios, que reúna perfiles tanto técnicos como organizativos liderados por la dirección de la institución. Además, la implantación del PCP involucra a todas las estructuras de la institución, desde la declaración constitucional, la planificación y presupuestos, el personal, los benes culturales, el edificio e instalaciones, las condiciones ambientales y hasta la implicación del público en la conservación de su patrimonio.
En conclusión podríamos decir que la elaboración de un Plan de Conservación Preventiva en una institución es una tarea hercúlea que requiere de la implicación de la institución, de un análisis exhaustivo para poder establecer los protocolos adecuados y de una adaptación y alimentación sostenida en el tiempo para que sea realmente efectivo.
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