Momento de la sesión práctica del curso de Richard Wolbers en la Escola Superior de Conseració i Restauració de Béns Culturals de Catalunya.

A primero de carrera, la profesora Doris Leussler ya nos avisaba a todos aquellos que veníamos del bachillerato artístico: «restauración es represión». Para empezar, cortábamos de raíz toda le vena artística para tener muy presente que allí quién mandaba era la obra original y que nosotras poco podríamos modificarla. No dejarnos llevar por el Genio escondido sería vital a partir de entonces.

Hace años que tengo claro que esta profesión está en evolución constante. Desde mi punto de vista, el buen restaurador tiene entre sus principales deberes la formación continua. Porqué hace 15 años que obtuve el título y tengo que decir que ya no hago nada (¡NADA!) tal y como me lo enseñaron; la limpieza en seco ya no se hace con goma en polvo, la limpieza en húmedo ya no solo se hace por inmersión, utilizo alternativas a la prensa para aplanar, consolido con materiales y técnicas distintos (por ejemplo, el pergamino no se reintegra con pergamino y lo mismo pasa con la piel), ni siquiera encuaderno igual.

Además, con el tiempo, cada vez veo más claro que, a parte de matar al artista que llevaba dentro, me hubieses ido más útil cursar el bachillerato científico o venir del Grado de Química que no de la rama de las Humanidades.

Para mi está siendo todo un reto desarrollar esta parte del cerebro que tenía dormida y substituir los colores complementarios por los enlaces iónicos. A mi, que siempre he suspendido química, ahora me toca pensar en pH, conductividad y reacciones de oxidación y reducción.

Este pasado mes de Marzo, la Escola Superior de Conservació i Restauració de Béns Culturals de Catalunya (que, por cierto, acaba de celebrar sus 25 añs) y el Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya han conseguido traer al Dr. Richard Wolbers a Barcelona (aprovecho para felicitar a los organizadores por el buen trabajo hecho, que no era cosa fácil).

Emulsión de goma xantana, agua y alcohol benzílico en una práctica propuesta por el Dr.Wolbers para eliminar los restos de cintas autoadhesivas.

Así pues, el primer punto importante asimilado durante el curso, es la eco-restauración. Que beneficia a:

La pieza, porqué la aplicación del disolvente es mucho más controlada.
La restauradora, porqué no inhala los vapores cancerígenos durante toda la jornada laboral.
El medio ambiente, porqué reducimos la cantidad de disolventesy por lo tanto el coste ambiental de su fabricación y el coste ambiental de su eliminación.

El segundo punto es el cambio de paradigma en la limpieza en húmedo del patrimonio documental y la ogra gráfica y todo lo que pase por el taller a partir de ahora.

Hasta ahora, el proceso habitual y prácticamente estándar, en la intervención de un documento era realizar primeramente una limpieza mecánico en seco para eliminar la suciedad superficial y posteriormente, si todo era favorable, se realizaba una limpieza en húmedo para conseguir un pH más apropiado y eliminar los elementos perjudiciales como pueden ser los ácidos solubles o las manchas.

La limpieza en húmedo se realizaba, por defecto, con agua destilada y por inmersión. Pim-pam, ya tenías limpia la pieza.

Pues no.

Agua residual de los baños de papel. Mismo papel con diferentes aguas de lavado. Richard Wolbers

A partir de ahora, con la finalidad de mejorar la eficacia en la limpieza, adaptaremos el agua a las necesidades de la pieza mediante mediciones de conductividad y pH.

Mediremos el pH y la conductividad a partir de un gel de agarosa que podremos tener preparado en el taller y que colocaremos sobre el papel original. Al cabo de unos minutos los iones habrán pasado del papel al botón de agarosa y lo colocaremos en los aparatos de medición. A partir de estas lecturas, prepararemos las disoluciones adaptadas que utilizaremos en los baños.

Los resultados son realmente espectaculares. En la imagen podéis ver una de las prácticas que llevamos a cabo, cada grupo tenía una página de un mismo libro y realizó una limpieza en húmedo por inmersión con un agua que variaba las condiciones de pH con algún quelante addicional. Como podéis ver, varía muchísimo la «suciedad» que se extrajo en cada uno de los casos.

También podemos aplicar estas disoluciones adaptadas gelificándolas en agarosa (a distintas concentraciones) para actuar más puntualmente sobre una mancha, por ejemplo. En la imagen, la espectacularidad del resultado.

Tests con los botones de agarosa a diferentes concentraciones. Comprobad que los botones con agarosa al 5’5 y 5’6 son los que mejor han funcionado.

Son contadas ocasiones (bajo mi punto de vista) las que sales de un curso con la neurona exprimida, ocasiones donde realmente tienes la sensación de haber aprendido muchísimas cosas nuevas, de esas en que tomas la decisión que a partir de ahora todo debería ser diferente.

Después de hacer estos cursos, salimos todas con la misma cara de neurona muerta y con dos ideas fijas en la cabeza:

1) Toca comprar material, que en este caso no es poca cosa: conductímetro, pHmetro, agarosa, xantana, quelantes, disolventes eco-friendly, columna desionizadora para el agua, placas de petri…

2) Es viable aplicar toda esta nueva complejidad al día a día del taller? medir la conductividad, el pH, hacer test con los quelantes, con los porcentajes de agarosa… Puede hacerse una montaña, acabar tirando la toalla y seguir con los métodos de siempre. Recordemos, a demás, que todos quieren unos presupuestos bien ajustados ;)

Para las restauradoras que somos autónomas o que tenemos un taller privado son dos factores que condicionan mucho la toma de decisiones a la hora de intervenir una pieza y de decantarnos por un proceso u otro. Pero no podemos rajarnos.

Incorporar métodos nuevos no es sencillo, requiere romper con todo lo que has hecho hasta ahora y empezar dinámicas que, quizás, de momento, no son tan ágiles como las de antes. Pero en esta profesión nada es blanco o negro y debemos encajar todos los conocimientos que vamos adquiriendo para mejorar nuestra toma de decisiones. Poner en práctica todo lo que me han enseñado siempre ha resultado beneficioso para las piezas que han pasado por el taller.